Hoy por la mañana me levanté, leí el diario y me dispuse a seguir con mis tareas. Imposible, las noticias me habían maniatado las ideas. ¿como seguir con tantos desastres?, ni loca salgo a la calle. En San Isidro entraron ladrones a todas las casas de una misma cuadra, claro en cuotas, el lunes robaron una, el martes otra, y el viernes ya habían llegado a la última. Creo que entre casa y casa hubo dos muertos. En un pueblito perdido de Río Negro, el Intendente y el cura, se fugaron con el dinero de los impuestos, nadie sabe donde, lo peor es que parece ser que, eran amantes. Ayer descubrieron que Nazarena Velez es bipolar y en primera plana de todos los diarios, hay una enorme lista con los medicamentos que toma. Violaciones, secuestros, robos, peleas entre políticos, otras peleas entre políticos y mas peleas entre políticos, gremialistas, ruralistas etc.
Las noticias nos aplastan, nos estrujan y aniquilan.
Me quede en casa.
Por suerte vino mi vecina, una Santiagueña, esa que nunca se si camina lento o camina lerdo, pero llegó... mate en mano, me contó los últimos chismes del barrio.
La de la otra cuadra... la pobre mujer abandonada y entristecida, que había sido dejada hace años por su marido, consiguió trabajo, tiene novio y está contenta. El viejito de al lado se reencontró con sus hijos y nietos, con los que estaba peleado hacía tiempo y este domingo por primera vez, desde que lo conozco, no va a estar solo, con razón lo vi tan sonriente esta mañana mientras regaba las plantas. Elvira, que así se llama la santiagueña, me puso en autos, entre todos los del barrio este domingo, van a arreglar la casa a doña Fabricia, en la última tormenta el agua le arruinó todos los pisos y la pobre, con su silla de ruedas, no puede moverse por la casa, me ofrecí a llevar unas tortas. Entre mate y mate, me informó que su hija este año va a empezar otra vez el colegio y que ella está radiante de felicidad, "no si ya te veo mujer", le dije, porque la verdad es que su alegría me empalagó el mate.
En fin, cosas terribles están pasando, basta con leer los diarios para enterarnos.
Me quede en casa.
Por suerte vino mi vecina, una Santiagueña, esa que nunca se si camina lento o camina lerdo, pero llegó... mate en mano, me contó los últimos chismes del barrio.
La de la otra cuadra... la pobre mujer abandonada y entristecida, que había sido dejada hace años por su marido, consiguió trabajo, tiene novio y está contenta. El viejito de al lado se reencontró con sus hijos y nietos, con los que estaba peleado hacía tiempo y este domingo por primera vez, desde que lo conozco, no va a estar solo, con razón lo vi tan sonriente esta mañana mientras regaba las plantas. Elvira, que así se llama la santiagueña, me puso en autos, entre todos los del barrio este domingo, van a arreglar la casa a doña Fabricia, en la última tormenta el agua le arruinó todos los pisos y la pobre, con su silla de ruedas, no puede moverse por la casa, me ofrecí a llevar unas tortas. Entre mate y mate, me informó que su hija este año va a empezar otra vez el colegio y que ella está radiante de felicidad, "no si ya te veo mujer", le dije, porque la verdad es que su alegría me empalagó el mate.
En fin, cosas terribles están pasando, basta con leer los diarios para enterarnos.
2 comentarios:
¡¡muy bueno Sara, muy bueno!!
me alegra saber que voy a poder leerte más seguido,
te quiero mucho, te admiro,
te mando un beso grande
Felicidades por el comienzo! Muy lindo este lugar! Yo siento lo mismo que contás; casi todos los días rescato las noticias que no salen en los diarios, esas que nos pasan alrededor, casi en absoluto anonimato. Antes me daba pudor decirlo, ahora no: leer menos los diarios (o saltear lo que me pone re mal) me hace más feliz.
Un beso!
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