viernes, 28 de enero de 2011

Los viejos sitios


“Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amo la vida” dice la canción. Y es verdad, hay momentos en la vida que uno necesita volver, aunque haya vuelto otras veces es bueno regresar de manera distinta, con el corazón dispuesto a reconciliarse con aquello que quedó pendiente, a los hechos que, al recordar, una astillita de enojo nos atraviesa, blanquear situaciones, y también reencontrarse con las alegrías, los amigos, lugares donde uno comenzó a transitar la vida. Volver a los primeros pasos, al menos para mí, es una experiencia de sanación conmigo misma, porque la mirada es distinta, porque lo que creía ver con mis ojos adolescentes, hoy no es lo que yo creí que era. Trato de evitar los “si yo hubiera” para, en muchos casos, perdonarme y entender el por qué de mis sentimientos de otras épocas. Aquella niñita asustada que partió un día hacia una ciudad enorme, desconocida, que parecía que me iba a fagocitar y escupir mis huesitos, todavía está, pero más crecida, más golpeada y también con muchas horas de felicidad en mi haber. Descubrí que el amor no dura toda la vida y que no es verdad que uno lo siente una vez y nunca más. Se puede creer y apostar siempre. Aquel chico inalcanzable que veía pasar y del que me sentía perdidamente enamorada hoy sigue sin mirarme, pero, seguramente si lo hiciera ya no me despertaría lo mismo que en esos días. Sentir otra vez los olores que llevamos impresos en la piel, recordar con una sonrisa a los que ya no están pero que siempre estarán con nosotros, es un ejercicio que todos deberíamos hacer, es la unión de los tiempos que llevamos dentro, es darme cuenta que nada es tan malo, ni tan triste, ni tan oscuro. Ayer cuando crucé la plaza y levanté la vista para mirar los árboles, ya no me parecieron tan grandes como cuando, corriendo para no llegar tarde al colegio, la cruzaba muerta de frío y deseando que mi secundario terminara de una vez por todas para irme. Hoy siento que el tiempo que tardé en terminar la escuela fue el que transcurrió en el cruce de esa plaza. Si pudiera mirar hacia atrás como a través de un vidrio y verme recorriendo esos años, seguramente descubriría que todavía muchos de mis sueños no están cumplidos, que todavía me falta un largo recorrido y que mi cansancio no es tanto porque mis ganas siguen intactas y hay nuevas experiencias que están ahí, esperándome, en definitiva, estoy viva y los recuerdos siguen conmigo para hacer más feliz mi presente. Alterio dijo en una película “Mierda que vale la pena estar vivo” y si, vale la pena.

jueves, 20 de enero de 2011

martes, 18 de enero de 2011

Bandidos Rurales...

A mi me hubiera gustado haber andado por ahí en esa época.
Tienen su parte romántica estos bandidos.

lunes, 10 de enero de 2011

¡Hasta siempre María Elena!




¡Cuántos y cuánto crecimos escuchando a María Elena! Como hijos primero y más tarde como padres






Y la que no podía faltar...
La tortuga más famosa.


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