domingo, 28 de marzo de 2010

ESOS MOMENTOS ELEGIDOS PARA GUARDAR EN LA MEMORIA



¿Vieron que hay imágenes que guardamos por elección y las tenemos encerraditas en la memoria resguardadas del olvido?.
Por ejemplo, siempre tengo gravada la imagen de Juan, mi hijo mayor, esa mañana en que me desperté y lo vi de espaldas agarradito al borde de la cuna, saltaba y en cada salto el pañal resbalaba por sus piernas, estaba feliz, era la primera vez que lograba pararse en la cuna, se dio vuelta y me miró y en esa mirada descubrí la alegría de su primer gran triunfo, es la misma mirada que tiene hoy, veintisiete años después, cuando está contento, los ojos de Juan dicen. Esa imagen de él es la foto que guardo para siempre en el corazón. Con Javier me pasó lo mismo, estábamos en una fiesta del colegio cuando se soltó de una silla y vino hacia mi en su primera caminata de CINCO pasos, hoy escucho su risa y lo recuerdo caminando sostenido sólo por sus carcajadas limpias, porque nunca cambió su manera de reír, el se ríe y la risa se desparrama por toda la casa.
De Joaquín, el más chico, tengo muchas, pero la otra tarde elegí una y la retuve. Tiene trece y hace tiempo que me pide una guitarra eléctrica, el viernes le dije que se la compraba, se había pasado meses averiguando lugares, precios y modelos así que me pasó todos los datos. Me acompañó a una reunión de trabajo, que se hizo larguísima, salimos corriendo, tomamos un taxi y llegamos cuando los negocios de música estaban cerrados. Su cara de decepción comenzaba a preocuparme cuando vimos el último comercio abierto a punto de cerrar. Allí nos zambullimos. Estaba su guitarra, no del color que quería, pero era la última que quedaba y lo del color paso a segundo plano, la probó, le pasó una y otra vez la mano por el lomo, no se si las guitarras tienen lomo, pero el la acarició como si fuera un cachorrito. Cuando voy a pagar el vendedor me dice que el precio que me habían dicho no era, que salía bastante más. Miro como lentamente Joaquín va dejando su guitarra en el lugar en el que estaba exhibida, rápidamente saco mis cuentas, pienso que cambios hago en la economía esta semana y bueno, la pago.
Elijo la imagen del segundo en que la guitarra cambia de rumbo para ir otra vez a las manos de mi hijo, ese segundo en el que la cara de tristeza de Joaquín se transforma para darle lugar a la sonrisa y llenarle de alegría los ojitos. Estos segundos de cada hijo me alcanzan para llenar toda la vida.

2 comentarios:

anna dijo...

Que bonita entrada, me has emocionado !!

Cuanta razon tienes, al decir que hay momentos de la vida, que se guardan en un rinconcito y no se olvidan jamas.

Besos cielo y espero que pasas unas felices fiestas.

Maisa dijo...

Hermosa compañía tu relato en mi desayuno.

Me hiciste emocionar.

Esas imágenes quedan grabadas para siempre en nuestras retinas, única cámara que nos acompañará toda la vida.

Beso enorme Sara!

Y éxitos para el nuevo músico!


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