Aunque a mi me gustaba ir cuando era más humilde en el Centro de Exposiciones, ahí se podía revolver y revolver hasta encontrar libros, revistas imposibles porque ya no se vendían en ningún lado. Recorrer los stands sin tanta fanfarria como ahora, donde las editoriales gastan fortunas para mostrarse. No se, tenía otro clima. Pero sigue siendo una Exposición importante. Y este año Diana cosechó otro premio.
Y por fin algo que valga la pena leer en Clarín.
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