Volver a reconocerse en los abrazos, escuchar la voz del ser amado que seguramente es otra voz a la que hay que aprender a escuchar. Abrir una canilla y ver correr el agua. La libertad de las cadenas. La primera ducha. La noche sin miedo a la muerte. La caricia esperada de la madre, la mirada y el abrazo del padre. Dejar de caminar la selva para poder estarse quieto en un lugar. Las sábanas limpias. El tiempo libre. Construir nuevos sueños. ¿Que parte de él quedó en la selva?. Doce años secuestrado. ¿Se puede volver del todo?.
2 comentarios:
Me estremeció profundamente esta noticia y me pasó también con Iris Betancourt. Supera mi razón todo lo que me moviliza.
Me imagino todo lo que se quedó en la selva... pero me entristece suponer todo lo que se trajo de allí.
abrazos
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