sábado, 27 de junio de 2009

viernes, 26 de junio de 2009

NIDOS VACIOS







Estos últimos tiempos he tenido que asimilar una de las situaciones donde las madres nos debatimos en una dualidad complicada y peligrosa.
El aceptar que mis hijos mayores crecieron, que cada uno esta abriéndose camino solo en la vida, en pocas palabras: ya no me necesitan de la misma manera que antes.
Digo, peligrosa porque las mamás tendemos, por instinto, conservarlos eternamente para nosotras, y por inteligencia, sabemos que la mejor manera de ayudarlos a crecer es empujarlos fuera de casa. Entonces, me debato constantemente entre las dos cosas.
Siempre me consideré en la crianza de mis hijos, “de avanzada”, en casa se habla, sin tapujos de sexo, drogas, muerte, simplemente cuando el tema viene. Tomé como algo natural, cuando una mañana, entré al cuarto de uno de ellos y vi la carita de su novia sobre la almohada,ahora tengo más cuidado los domingos cuando veo la puerta cerrada.
A fin de año uno de ellos se va de viaje por tres meses, y se que ese viaje es el comienzo de su partida de casa. Por un lado estoy feliz porque mis enseñanzas están dando frutos, pero…¡Qué difícil! saber que una etapa está concluida, ya se que empieza otra, pero la del Maaaa!!!!, cuando se olvidan la toalla en el baño, tienen hambre o simplemente quieren unos mimos, ya fue. Con cada hijo que crece hay un pequeño duelito. Ya lo empecé con este hace un tiempo. Siempre estuve convencida que a mi, por “mujer superada” que soy, no me iba a pasar, escuchaba a otras mamás hablar sobre el tema y no entendía como podían sentir esto cuando los hijos crecían. Bueno, ahora lo estoy sintiendo yo. Recuerdo hace muchos años la primera vez que uno de ellos, metros antes de entrar a un cumple, me dijo: “Vos andate, yo entro solo”, y se soltó de mi mano, sentí que el brazo se me hacía de goma y caía al piso frustrado por el abandono. Todo esto es parte del crecimiento de ellos y mío, ya lo decía Cortazar: “Todo adolescente debe matar a sus padres para poder crecer”. Por supuesto que lo que dijo es algo metafórico, pero es cierto. Soltar a los hijos duele, pero es absolutamente necesario, y es, tal vez, una de las cosas mas valiosas que podemos hacer por ellos. Dejarlos ir, para que cada vez que vuelvan lo hagan con felicidad. (Eso piensa mi madre inteligente, pero la otra está sufriendo y llorando como una mujer salvaje ante la partida de uno de sus cachorros).

martes, 23 de junio de 2009

Ximena


Hoy quiero acompañar desde acá a Ximena, "vamos viendo"es su blog. Es que hace un tiempo me doy cuenta que está pasando por un momento de muchísima demanda de parte de sus tres hijitos. Cuando hablamos y me cuenta sobre mocos, fiebres, colegios etc. inmediatamente me dice: "no me quejo", como si el hablar de estas demandas fuera algo que la convierte en una madre cuestionable; tener hijos chicos es un trabajo agotador, todas nuestras cosas quedan relegadas y una tiene derecho a quejarse un poco. Es una etapa muy complicada, es la época en que los chicos son abrojos, respiran, tosen, lloran, se ríen, todo encima de nosotras, no hay espacio, ni físico, ni mental. Siempre nos falta algo para sentir que estamos cumpliendo con ellos, y nos hacemos esa pregunta nefasta constantemente: ¿Soy una buena madre?, ninguna respuesta termina de convencernos y dejarnos tranquilas, entonces seguimos corriendo. Pero no son solo ellos, también corremos tras nuestros proyectos, nuestro trabajo y Ufffff!!!!!, me agarró un cansancio!!!, no puedo seguir escribiendo.
Xime, te entiendo y está bueno quejarse un rato con alguna amiga.

domingo, 21 de junio de 2009

PEÑA

Gracias por compartir conmigo sus comentarios. Me pregunté estos días que era lo que me despertaba Peña, por lo general admiro a mucha gente, a los que ejercen públicamente su calidad de artistas y a los que trabajan artísticamente para vivir la vida, pero por él sentía algo especial.
Despertaba en mi una entrañable ternura, a veces parecía un niñito perdido. Me mostró las dos caras con las que vivo, desde las voces de sus personajes en radio, su presencia en el teatro y en su vida pública, no tenía problemas en presentarse descarnadamente como un ser humano; a veces perfumado, impecablemente vestido y bastante amoldado socialmente, pero otras con todas las miserias que, por ser humanos tenemos, anunciaba a viva vos que también cagamos, meamos, somos egoístas, nos atraen las drogas, el alcohol, aunque no las consumamos, o si, claro que se animó a vivir al borde de la cornisa, haciendo equilibrio todo el tiempo entre la vida y la muerte, llegó al límite entre morboso y aceptar con valentía lo inevitable, ¿cuantos de nosotros nos animaríamos, en plena lucha contra una enfermedad terminal, junto a sus enfermeras, visitar la morgue para saber donde iría una vez muerto?. Yo no podría hacerlo. Vivió con su corazón como guía. Eso me dejó Peña como artista, el vivir actuando como sentirnos sin temer a mostrarnos a veces miserables.

miércoles, 17 de junio de 2009

martes, 16 de junio de 2009

LA MARAVILLA DEL TEATRO


Alejandra me dejó un comentario sobre mi entrada del Padre Grassi, es verdad, es horrible, pero a mi hay cosas que me sacan de mi eje y esa es una de ellas.
Hoy voy a contar algo más lindo, el domingo fui al Teatro San Martín a ver “Paisaje después de la Batalla”, muy buena obra, el trabajo actoral grandioso, Daniel Fanego no abandona la escena en toda la obra y tampoco nosotros abandonamos la atención sobre lo que está pasando en el escenario. Hoy me puse a pensar como nos llenan las vida los actores. ¿Quién no ha tenido alguna vez alguna película u obra de teatro que le ha roto la cabeza?, esas obras que nos han hecho repensar sobre nuestras verdades absolutas y nos han ayudado a modificar cosas. Ver un actor en escena a mi me transporta, todo lo de alrededor deja de existir para meterme dentro de esa realidad irreal, es un sentimiento maravilloso. Soñar, fantasear y establecer ese vínculo secreto entre los que están en escena y nosotros, los que somos el público. La ceremonia de ir al Teatro es tan mágíca y ha recorrido la historia a través de los siglos, una tragedia que hoy vemos ya ha sido vista hace 200; 300 años. Una obra se reinventa cada vez, nunca es igual aunque los textos y situaciones lo sean. Agradezco a los actores que han reciclado mis ideas y mis convicciones y me hicieron sentir que espiaba por el agujero de la cerradura para meterme en la vida de otros. Me han hecho sufrir, llorar y reír, simplemente me han conectado con lo mas entrañable que tiene la vida, el arte.

viernes, 12 de junio de 2009

¿JUSTICIA?



¿Dónde queda la justicia?, es decir ¿Qué camino tomar para encontrarla?.
Hace pocos días, un condenado por abuso y violación de menores, quedó libre. Un fallo que me avergüenza como adulta frente a mis hijos y ante los chicos abusados. ¿Qué explicación podemos darles?, cuando menores que han sido violados por un depravado, luego son abusados nuevamente, esta vez en público, por los que debieran ejercer la justicia.
El sacerdote salió con su condena bajo el brazo, libre, sonriente y ejerciendo la soberbia de los que, por el poder que los ampara, salen impunes acompañados por jueces mercenarios. “La justicia en nuestro país tiene ideología”, dijo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; triste verdad, bien lo sabemos todos, ¿pero ante este caso, ante un hombre que ha violado en repetidas oportunidades a menores y queda en libertad, podemos quedarnos quietos?. Estoy perpleja y siento vergüenza, por el ejercicio público de una ideología tan perversa como la del Padre Grassi y por que no decirlo, de un sujeto como Raúl Portal, que lo apaña y usa cualquier medio para defender lo indefendible: la violación y el abuso de menores. En otros países cuando se encuentra a un pedófilo cae todo el peso de la ley sobre él, aquí se lo condena, pero queda libre…
La Iglesia Católica nuevamente nos demuestra su mirada hacia otro lado, el hacerse los boludos, perversos obispos con sus imbéciles leyes de moralidad; ocultos, agazapados, mientras los niños más desprotegidos caen en manos de curas como el Padre Grassi, y luego vuelven a caer en las de jueces tan corruptos y depravados como el.

jueves, 11 de junio de 2009

ALICIA, MI COMPAÑERA DE SECUNDARIA


Bueno, volví a mi blog. Estuve este mes y medio sin ganas de escribir. Sentía que no tenía nada que aportar, ni temas para tratar. Mi cerebro quedo suspendido por un tiempo.
Tengo ganas de escribir sobre mi amiga Alicia. Nos conocimos cuando ambas teníamos 13 años, estuvimos juntas en el colegio apenas un año, después sufrí una de las tantas mudanzas a las que me sometieron de niña, un tiempo aquí otro allá, en cada partida dejaba un pedacito de mi y metía en mi valija pedacitos de otras vidas y lugares que aún conservo. Alicia fue durante ese año mi mejor amiga, estábamos siempre juntas. Eran los 70 y creíamos que podíamos todo, soñábamos con detener guerras, cambiar el mundo y todavía llevábamos luto por la muerte del “Che”, Cuba era el paraíso y acompañábamos las marchas con los brazos en alto, sin pensar que pronto tendríamos que bajarlos y abandonar las calles para protegernos de aquellos, que nos miraban pasar, agazapados esperando el momento. Vinieron años oscuros, tristes, donde las manifestaciones se fueron vaciando de compañeros, muchos desaparecieron, otros tuvieron que partir al exilio y los que quedamos intentamos la vida como pudimos. Con Alicia nos seguimos escribiendo un tiempo, después las cartas se interrumpieron y cada una siguió su camino. Todos mis recuerdos de esa época terminaban con su cara, su pelo atado con una cola y el guardapolvo tableado con un cinturón horrible, que nosotros usábamos para acortar el guardapolvo, porque eran tiempos de minifalda.
Terminé mi secundario en el Sur y vine a vivir a Buenos Aires, tuve hijos y un día, sin pensarlo, comencé a buscarla, todavía no existía Internet, así que ni pensar en el face book, lo único que me ayudaba era la guía telefónica, escribí a todos los Peralta de Córdoba pensando que algún pariente, si no ella, iba a recibir la carta. Pasó el tiempo y no recibí nada, claro que en tantos años ella también podría haberse mudado, perdí las esperanzas. Una noche, mi hijo mayor me avisó “que una amiga con cantito cordobés que había sido compañera del colegio quería hablar conmigo”, mi alegría fue enorme, no podía ser otra que Alicia. Y así fue que nos comunicamos y seguimos comunicadas, ahora por chat y mutuas visitas continuamos siendo “mejores amigas”, como cuando éramos compañeras de colegio. En otra entrada hablare de mis otras amigas, las de las adolescencia, todas siguen estando y de las de ahora, pero hoy te dedico este pedacito a vos Alicia, para decirte que te quiero y que celebro el que la vida nos permita acompañarnos.

visitas web

geads